jueves, 27 de febrero de 2014

LA LECHE (Marzo 1971)

Siempre ha habido protestas. Y las mayores han sido por medidas tomadas por los Gobiernos.

"El Valle de Ayala, y con él Amurrio, ha salido en todos los periódicos del país. El motivo ha sido la huelga realizada por los lecheros consistente en no entregar el blanco liquido a las centrales lecheras.

Los motivos han sido por todos conocidos a través de los distintos diarios. Comienza la huelga en Carranza al poco de conocerse los nuevos precios obligatorios impuestos por el Gobierno y rápidamente se extiende por el valle de Ayala, Alava, Santander y Vizcaya.

Las peticiones de los ganaderos ante los nuevos precios fijados, son sencillas. Se pretende cobrar ocho pesetas el litro en invierno y siete en verano, frente a los inferiores precios oficiales. De momento la huelga ha sido suspendida por quince días para ver si mientras tanto se da solución al problema.
Portada de Lagun nº 11 (Marzo 1971), donde en la pág.3 se incluye este artículo.
Sin embargo, el problema es sencillo. Hoy en día, los jóvenes abandonan los caseríos por dos razones. La primera es porque se prefiere la vida en las ciudades o pueblos más grandes. Y la segunda, porque en el caserío se mata uno a trabajar (y con él toda la familia) para ganar cuatro perras. La más importante de estas dos es la segunda. La solución está en dar el valor debido al duro trabajo del campo. Estamos de acuerdo en que las cooperativas pueden servir, pero las cooperativas consisten en algo más que en llevar a visitarla a los caseros una vez al año y decirles que todo aquello es suyo. Por muy suyo que sea todo eso, ellos siguen ganando cuatro perras.

Se pretende que el litro de leche se pague más. Y nosotros nos tememos que todo lo que se pague de más a los caseros va a repercutir directamente en los precios de venta al público. Esta no es la solución, porque si toda subida de salarios fuese seguida de una subida igual de precios, tanto el consumidor como el productor seguirían estando igual de mal. La solución está en repartir equitativamente lo que se gana en todos los sectores y en todas las personas, evitando de esta forma que unos se forren y los otros estén a verlas venir.

Se pide un precio uniforme para toda la península. Puede que económicamente esto sea desacertado y puede que no lo sea. Yo no entiendo de economía y por eso no opino. Ahora bien, en el supuesto de que económicamente sea justo el que se apliquen diferentes tarifas en las distintas zonas, esto no quiere decir que los precios sean arbitrarios, sino que en cada uno de los sitios donde la tarifa es distinta habrá de darse un precio que individualmente tiene que ser también justo y equitativo. Por esta misma razón, el que se unifique el precio para toda la península, tampoco quiere decir que esté bien. En cualquier caso, como hemos dicho, el precio tendrá que ser justo uy equitativo y por descontado que hay que buscar la forma de conseguir que no sea el pobre consumidor el que como siempre pague el pato."  

                                                                                                                       LACTEO

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