martes, 29 de abril de 2014

LOS JARDINES DE URRUTIA

"Porque lo he visto, lo cuento. Iba yo en la moto. Esto fue hace varios días. Bajaba por la gasolinera por el Bar Los Riojanos, cuando al llegar a la esquina de los jardines de Urrutia me quedé como tonto. Desde la casa de Héctor vi unos cuantos chavales jugando en los jardines.

Se lo estaban pasando en grande. Era uno de esos días pasados de febrero, lleno de sol. Los críos jugaban en unos columpios colgados de los árboles. Yo pensé que mejor estaban allí los columpios que han traído los Padres de Familia. Pero bueno...

Corrían en sus diminutas bicicletas de ruedas gordas. Y venga a tocar el timbre... rinnn...rinnn...rinnn. Las madres estaban sentadas tranquilamente, haciendo punto o cortando chalecos, no me acuerdo. Pero muy tranquilas. Habría allí más de cincuenta críos.

Y dije: ¡Al fin! Menos mal que estos hermosos jardines pueden aprovcecharse para alegría de los niños pequeños. Porque ¡hombre!, bien está que los Padres de Familia anden trabajando para organizar parques infantiles por el pueblo. Pero ya era hora de que este gran parque natural de Amurrio, pulmón, corazón y riñón del pueblo, sirva para algo bueno. Y no quiere decir eso que el jardín no tenga su legítimo dueño. No se trata de quitárselo al dueño. Se trata sólamente de que esos bienes estén al servicio de la gente. Eso mismo pensaba yo el verano pasado al ver en La Granja de Segovia a todos los niños jugando en los jardines del palacio real. Verdaderamente me puse muy contento al ver aquello en Amurrio"

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"Os escribo estas líneas desde la Clínica de Cruces. Porque la torta que me pegué en la moto el otro día, al pasar por la casa de Héctor, después de coger gasolina, no se la vuelve a pegar ni un elefante contra un tranvía.

La culpa fue mía, por idiota, por despistao y distraído, por pensar en tonterías. Luego me han dicho que en el jardín de Urrutia no había ni tales niños ni tales mamás. Que las mamás eran ovejas y los niños corderos. ¡Ya me parecía a mí!

Si me lo decía mi abuela cuando era pequeño: "Este chico no hace más que soñar. Parece bobo. Se va a tener que dar muchos golpes en la vida". Y vaya sí acertó la abuela. ¡Qué pena que mi abuela no hubiera jugado a las quinielas!"

 Yo.

Los "Jardines de Urrutia" en el Siglo XXI, donde pastaban las ovejas del "gallego" hasta 1980.


Hay que ver qué "habilidad" teníamos que mostrar entonces para reivindicar un bien para el pueblo. ¡Había que pasar por tonto... y aún así teníamos muchos problemas! Aproximadamente una década después se hizo realidad el "sueño" de ese "tonto" que firmaba Yo.