Tardamos meses desde el alegal número cero en encontrar el sistema legal y los medios para lanzarnos. En abril, una humilde imprenta gasteiztarra, Industrias Mecanográficas Saez de Olazagutia, nos lo editó a fotocopias sobre nuestro escrito a máquina y dibujos. Sólo lo encuadernaba con pegamento en borde izquierdo.
Pero donde escribíamos paz, algunos leían guerra. |
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