miércoles, 2 de enero de 2013

EN FAVOR DE LA CULTURA

Los de Délika, ese hoy pueblo absorbido por Amurrio y hasta casi los setenta cabeza del entonces Ayuntamiento de Arrastaria, sabrán bien o deberían saber de qué va este escrito que firmó H.

Vicente de Mendieta y Lámbarri fue un prohombre, austero y casi mendigo en vida, ínclito benefactor de la ciencia y la cultura tras su muerte por haber dejado "las cosas bien hechas". 


"El día 13 de febrero de 1968  fallecía en Vitoria un señor que en los años de su niñez frecuentó la escuela de Amurrio, jugó a la pelota en el viejo frontón de la iglesia parroquial, nadó en la escuela de Andresico y hasta se metió  en el "ojín" grande que hay debajo de la presa.

"Era sobrino del a la sazón párroco de Amurrio, don Faustino de Mendieta y Sojo, de grata recordación en esta su antigua feligresía. El sobrino era don Vicente de Mendieta y Lambarri.

Valle de Delica, desde el Cañón del Salto del Nervión
 
"La vida le llevó por otras latitudes. Pasó las angustias de la guerra en Madrid, donde perdió a su padre; y, pasada la guerra, ancló en Vitoria en casa de su mencionado tío. Muerto éste, llevó una vida retirada y austera, y, al final, murió asistido en el hospital de Vitoria.

"Dejó una fortuna de 26 millones de pesetas, no heredados de su tío ni en todo ni en parte, sino amasados a fuerza de  austeridad, a base de unas acciones eléctricas que le dejó su padre, antiguo empleado de la Hidroeléctrica.
 
"Dicho capital entra en una fundación perpetua que se titula "Bilbao, Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales L.José de Torróntegui - Fundación Vicente de Mendieta y Lambarri, de Delica (Arrastaria-Alava".  Los intereses de la cuantiosa  herencia se han de vertir en ocho premios divididos en dos tandas de a cuatro, alternos, en turno de rotación únicamente en años bisiestos. Cada premio recibirá quinientas mil pesetas.

"Señala luego los títulos y materias de los trabajos, condiciones de los aspirantes a los premios, del tribunal que los ha de otorgar, etc.

"Lo expuesto sirve   para formarnos una idea del interés que por la cultura sentía nuestro casi paisano, a quien por su estampa inglesa llamábamos "el rubio". Hoy su nombre se pronuncia con respeto en los centros culturales y, especialmente, en la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de Bilbao".


Encuentro en internet mucho de la citada Fundación, pero nada de su biografía. Con la foto del Valle que le vio nacer, vaya mi homenaje y gratitud.

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