Las Cuadrillas se explicaron en este mismo Lagun, páginas más atrás, con argumentos coherentes. Con ello responden en parte al extenso y crítico artículo sin firma que ocupó las dos primeras hojas de este quinto número.
"Nosotros nos vamos a limitar a decir aquí las razones por las cuales las Cuadrillas decidieron no subir a la Campa, absteniéndose de los móviles que pudieron tener las demás personas del pueblo para no subir.
"En primer lugar diremos que estamos de acuerdo con los sanroqueños en lo referente a conseguir una gran fiesta en San Roque. Por eso, en lugar de chillar porque se está perdiendo la fiesta y no hacer nada, este año nos encargamos de hacer allí arriba una fiesta por todo lo alto. Avisamos a más de veinte cuadrillas de los alrededores para participar en un Concurso de Cuadrillas a celebrar en la Campa. Muchas no vinieron, porque estaban en fiestas en sus respectivos pueblos -Areta, Oquendo, Portugalete...- y otras comunicaron a última hora su no asistencia. El caso es que sólo se presentaron las de Aramayona, la del Txarlazo y la de Ibarra. Se pretendía con esto asegurar el buen humor en San Roque para todo el día y subir a todo Amurrio a la Campa tras las cuadrillas participantes en el concurso.
"Por otro lado, los festejos a organizar en la Campa se prepararon con todo esmero: concurso de aurresku, actuación de un grupo de danzas, concursos de jotas, de txapelas y de feos; alarde de txistularis y comida gratis para todos los participantes. Todo esto lo decimos porque queremos que quede bien claro que nuestra intención era hacer este día una fiesta como por lo menos los jóvenes no recordábamos haber visto en la Campa.
"La principal razón de no subir fue el mal tiempo. A nosotros nos pareció que con el suelo mojado y con el riesfgo a un futuro chaparrón, no se podían realizar allí los concursos de aurresku y de jotas, y mucho menos la actuación del grupo de danzas. Por otro lado no se podía subir a las mil personas que contemplaron los concursos de la Plaza, a la Campa y exponerlos a un chaparrón.
"Se puede decir que hubiese bastado con que las cuadrillas hubiesen asubido por la mañana y que hubiesen bajado a comer tras la misa, pero a esto hay que decir un par de cosas. En primer lugar, que había que estar de nuevo en el pueblo para las doce y media para organizar los concursos que allí arriba era imposible realizar, para lo cual había que empezar a bajar a las doce de la Campa. Y en segundo lugar, que a las diez y media de la mañana, sólo había en la plaza del pueblo unos cincuenta miembros de las cuadrillas esperando a los trescientos que estaban aún en la cama y en la cual se quedaron hasta las once y media o doce de la mañana.
"Nosotros somos de los que creemos que las fiestas de Amurrio no son sólo las Fiestas deNuestra Señora, sino las de Nuestra Señora y San Roque. Puede que tengamos también nuestra parte de culpa, si es así pedimos perdón, pero estar seguros de que mo hubo en ningún momento mala fe.
"Con la promesa de subir la cucaña de nuevo a San Roque el año que viene y la esperanza de organizar el día en colaboración con los sanroqueños, nos despedimos hasta el próximo año.
COMISION DE CUADRILLAS"
Tras la lectura ahora de los dos escritos, parece claro que no fue tanto cuestión de barbas y cucaña cuanto de cerebro y meteorología. ¡Ni que San Roque fuera el ombligo de Euskalherria!
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