lunes, 3 de diciembre de 2012

DON JUSTO

Lagun también estaba abierto a escritores licenciados. Felipe de Ugarte era sacerdote, el cura de San Antón y Larrinbe, jerárquicamente arcipreste de la zona (aunque esa figura ya estuviera devaluada).  Y era profesor del Instituto y gran conocedor de la historia y de nuestra cultura, aunque su apariencia distante  nunca le hiciera una persona cercana para la juventud y el "pueblo" ni destacara como  comunicador. 

En este artículo "bajó al pueblo" y nos escribió sobre el Obispo Echeguren, al que  conoció en Vitoria y en Amurrio. Este amurrioarra con plaza (la popular de Pitiminí), nació, vivió y veraneó en la que en la década de los sesenta y setenta llamábamos "la casa de las obispas", un elegante caserío vasco ubicado a veinte metros del lateral  Oduña del actual Ayuntamiento.

"Don Justo. Con este nombre le llamábamos en Amurrio, con cariño no exento de respeto. En Vitoria se le llamaba Echeguren, tanto en la curia como en el Seminario. En Oviedo era el Exmo. e Ilmo. Dr. D. Justo Antonino de Echeguren y Aldama. Todos estos nombres encubrían una misma persona, un sacerdote hijo de Amurrio, que por su talento, laboriosidad y virtudes sacerdotales fue escalando las dignidades eclesiásticas hasta llegar a la plenitud del sacerdocio, que era el episcopado.

"Terminados sus estudios en Roma, fue nombrado profesor de Derecho Canónico en el Seminario Conciliarf de Vitoria, donde también fue prefecto de disciplina con D. Zacarías de Vizcarra, que también llegó al episcopado y en todas partes mostró su acusada personalidad.

"Nuestro D.Justo cursó también la carrera de leyes, lo que le abría las puertas para ser doctoral de la Catedral de Vitoria. Pero en plena oposición se retiró por respeto a otro opositor mucho mayor que él.  Fue nombrado canónigo, Provisor del Obispado, trabajaba en obras de apostolado, y en tiempos de Eijo y Garay llevó ya la Secretaría de Cámara. Su admirable capacidad de trabajo daba frente a todo. Su voluminosa correspondencia  -"onus diei" que decía él - la llevaba al dia. Cuando su trabajo era excesivo, si era verano, tomaba el auto de línea y se venía a Amurrio con su voluminosa carpeta. Y de día y a la sombra de los perales de la huerta de su madre o en su casa, hasta altas horas de la noche iba dando salida a su trabajo. Cuántas veces le vimos ir corriendo a la estación para echar por su mano la correspondencia al tren con la idea de aprovechar el pequeño viaje para tomarse un descanso.

"Al llegar la República, el Obispo de Vitoria, entonces Dr. Múgica, se vio obligado a instalarse en Bujedo y después en Le Puy (Francia). Con ello la labor de D.Justo, que seguía siendo a la sazón secretgario de Cámara, se vio en gran manera aumentada y dificultada. La firma de la documentación, los informes, las consultas le obligaban  a frecuentes viajes, con todo hizo fe los compromisos que en aquellos tiempos se daban. A  todo hizo frente su labor incansable. Luego fue nombrado Obispo de Oviedo.

"Pero las circunsatnacias de Oviedo no eran para pensar en premios al estilo de los de este mundo. Las de aquellos días crearon serias preocupaciones para el titular de la sede ovetense. Sin embargo las pastorales de su Obispo, llenas de sensatez y caridad cristiana, eran alabadas hasta por personajes de izquierda.

"El año 36 tenía planeados unos días de descanso en Amurrio, entre los que le amábamos y respetábamos  y en la paz de su huerta. Pero ya en viaje le sorprendió el gran estallido y quedó en su puesto. Al año siguiente planeó otro viaje a Amurrio con la natural ilusión de ver cómo había quedado después del paso de la guerra, pero Dios tenía otros planes para D.Justo. Y en las carretera de Asturias moría un Obispo, que herido mortalmente, no  se preocupó de sí hasta absolver al chófer que se le adelantaba en el camino de la muerte. Muerte digna de D. Justo.

"Han pasado treinta y dos años, pero el tiempo no puede borrar en Amurrio el recuerdo de don Justo. El Ayuntamiento  ha roto la marcha dedicándole una calle. Esta revista le dedica estas líneas, pero todos tenemos la gran obligación de conservar la memoria del Obispo Echeguren, que tan alto puso el nombre de nuestro pueblo".

"Nació en Amurrio el 10.05.1884. Ordenado sacerdote el 14.07.1907. Obispo de Oviedo desde 28.01.1935.  Falleció el 16.08.1937 en accidente de automovil cuando se dirigía a Cangas de Narcea" (Enciclopedia Oviedo) 

El 26.06.2010 inicié el Camino del Salvador, el de León a Oviedo,  pero a la contra. Tras visitar la catedral ovetense, al sellar en la sacristía pude hablar varios minutos con el Administrador. Me enseñó el Palacio Episcopal donde vivió el Obispo Echguren.

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