Los errores y horrores lingüisticos en nuestros barrios y calles eran demasiados en 1970. Batarpe los denuncia en este escrito con un razonamiento para principiantes. Pero los "regidores" o no llegaban a principiantes o tenían otras "órdenes". ¿O a lo mejor las dos?
"Amurrio hace tiempo que perdió la lengua vasca que tantos siglos habló. pero nuestros antepasados nos dejaron la herencia de los nombres con que bautizaron todo accidente de terreno. El significado de estos nombres sin una verdadera descripción del suelo, con referencia a las alteraciones del mismo, a los objetos que los rodean, a las plantas con que son más fecundos.
"Son más de 400 los términos euskéricos de nuestro pueblo, sin contar más de 250 variantes de los mismos. El aprecio y amor que se muestra hoy en todos los pueblos vascos para con este caudal de nombres, no debe ser una exepción en el amurriano. Miremos este tesoro como algo muy nuestro, algo digno de nuestro respeto, algo sagrado que nuestro deber es conservar sin la menos alteración. Ahí tenemos el más vivo modelo de conducta a este respecto en la Sociedad Guerediaga de Durango.
"Si cada nombre tiene su significación, tiene por lo mismo una razón de ser que sólo puede ser alterada, bien en su forma, bien en su alcance geográfico, por un desconocimiento total de la misma. Elexondo tiene que ser forzosamente "junto a la iglesia". Por eso la distancia de este barrio sobre la carretera de Vizcaya, no pasaba, al Sur del arroyo de Armuru ni al Norte del arroyo de Untxaurdio. A partir de este comenzaba el barrio de Landaburu. Si el nombre "Elexondo" ocupa el sitio de éste y se aleja a más de medio kilómetro de la Iglesia, se atentaría contra el respeto debido a la herencia quer hemos recibido.
Ugarte hace referencia a los ríos, porque está comprendido "entre las aguas" del Nervión y del Zankueta. Si alejamos del río el nombre y su término y lo empleamos para denominar únicamente una zona a partir de la mitad del terreno original, lejos ya del agua, cometermos la misma falta. El amurriano con conciencia vasca no lo puede permitir, tanto menos cuanto junto a la derecha del río Nervión tenemos una casa solar en que se señana que pertenece al "cuartel de Ugarte", de conformidad con la tradicción, siendo "cuartel" sinónimo de barrio.
"Alturriaga" o "Aldaiturriaga", "la fuente de la cuesta", no puede estar fuera de donde haya un manantial que baje de la ladera, descripción geográfica perfecta. Este barrio está separado por el de Alday del de Landako, el cual queda circunscrito por los arroyos de Etxegoyen al Sur, arroyo de Lejarza al Oeste, arroyo de Armuru al Norte y río Nervión al Este, sin que haya pasado nunca del puente de Arzubiaga.
"De igual forma podríamos ir viendo otra serie de barrios con idémtico problema. A nosotros nos parece muy bien que los barrios se dividan en calles, puesto que así lo exige la buena lógica, pero lo que no se puede hacer es desfigurar la denominación de los Barrios.
"Si se precisa asesoramiento, hay amurrianos de pura cepa, fieles guardianes de la tradición de la Villa, que pueden aportar la debida información. Ante todo... ¡conciencia vasca y respeto a una preciosa tradición! Tengamos en cuenta que la conservación de la Lengua Vasca hasta nuestros días constituye un hecho de un valor inapreciable para los lingüistas, los cuales no se cansan en ponderarla. Así, en las principales universidades de Europa (Rusia, Alemania, Francia, España -Salamanca-, etc.) hay una cátedra de Euskera donde los folólogos estudian esta lengua tan rica y tan original, aunque en su léxico pueda encontrarse parentesco con otras lenguas como el celta, latín, árabe, etc., su estructura es tal que no se la ha podido relacionar con ninguna otra del mundo".
Puedo añadir que tampoco en los nombres de algunas calles había lógica urbanística. Un simple ejemplo fue la quizás "calle" más larga de Amurrio. Landaco (entonces con "c" castellana) iba desde el Puente de las Monjas (o de Ituarte) hasta el pueblo de Etxegoyen. La casa de Hermenegildo, última de Amurrio en ese camino y hecha de piedra en 1949 y a tan sólo unos 300 metros de la muga con Ayala, mantuvo más de una decena de años el número 152 de la calle Landaco.
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